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Alcalá de Henares
martes, marzo 19, 2024

ALCALÁ,
CIUDAD PEREGRINA

Asi la llamaba Plinio por razones fiscales, pero bien hizo honor a este nombre, tanto antes, como después de la época romana, debido a sus traslados de ubicación varias veces, por diferentes motivos.

Asentamientos pre y protohistóricos localizados en La Dehesa, La Esgaravita, El Juncal o el cerro del Ecce Homo y cuya ubicación geográfica se basaba en la proximidad a los cauces fluviales, o en la altura de los cerros en busca de defensa.

En época romana, y ya con el nombre de Complutum, se sitúan, primeramente,  en el cerro de San Juan del Viso, y posteriormente (siglo I) en los fértiles campos donde confluyen los ríos Camarmilla y Henares.

Ya en el siglo V, vuelve a trasladarse, situando su centro en la actual Catedral-Magistral, con su entorno, llamado Campo Laudable y posteriormente Burgo de Santiuste.

La dominación musulmana hizo que el núcleo principal se trasladara al cerro que se conoce como Alcalá la Vieja, en la margen izquierda del rio Henares (Qal`at Abd-Al-Salam).

Posteriormente, añadiremos dos nuevas denominaciones, Burgo de Santiuste y Alcalá de Henares, para llegar al núcleo definitivo de la ciudad.

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Autor desconocido – foto aérea 1920

PREHISTORIA, PROTOHISTORIA
Y EL COMIENZO DE LA ANTIGÜEDAD

Este largo periodo se caracteriza por la existencia de poblados de cabañas de adobe, madera, ceñidos por fosos y empalizadas, con una economía basada en la agricultura y la ganadería, que se sitúan en la margen derecha del rio Henares. Algunos son conocidos por las excavaciones  realizadas en La Esgaravita, El Juncal y la Dehesa.

En el primer y segundo milenio A.C., el poblado del Ecce Homo, situado en uno de los cerros de la margen izquierda del rio Henares, referencia clave para la Edad del Bronce y parte de la Edad del Hierro.

El final de esta etapa, da paso al comienzo de la Antigüedad. Aparecen las primeras ciudades de pueblos indígenas, gracias al contacto con grandes potencias del Mediterraneo que colonizan gran parte de la Peninsula Ibérica, como los fenicios, griegos, cartagineses y romanos. Esta zona está controlada por los carpetanos , una etnia de los celtiberos.

En esta comarca se desarrolla una ciudad-estado carpetana, la primera Complutum que se supone existiría hasta el siglo II A.C.

El primitivo Complutum de San Juan del Viso, la ciudad vieja, identificada por algunos autores con los nombres de Ikesancom-Combouto, denominación de origen numismático. De este asentamiento se han recogido pocos restos, apenas los restos de unas termas romanas, pero se mantiene como el origen urbano de Alcalá de Henares.

LA ANTIGÜEDAD Y LA ANTIGÜEDAD TARDÍA:
LA CIUDAD ROMANA DE COMPLUTUM

Complutum es una ciudad romana por excelencia y de donde provienen monumentos públicos tan significativos como la basílica, las termas, el mercado y el foro. Los complutenses deciden trasladar la ciudad, de San Juan del Viso, a un nuevo emplazamiento, posiblemente por motivos estratétigos, el paso de la vía que llevaba de Mérida a Zaragoza, gran artería de comunicación que generaba muchas riquezas.

En la época del emperador Claudio, siglo I D.C., se consolida la construcción de la gran ciudad de Complutum. El Emperador Vespasiano, año 73-74 D.C. realiza la concesión del “ius latii” y del rango de “municipium” a distintas ciudades de Hispania, entra ellas está Complutum.

Un hecho importante para la ciudad de Complutum, es la cristianización de la ciudad, un fenómeno histórico que se refleja en el culto de los Santos Niños, Justo y Pastor. Entre los siglos  V y VI se configuró formalmente el culto de estos mártires cristianos, cuyo martirio sitúa la tradición en época del emperador Diocleciano, hacia 305 D.C.

DESDE LA EDAD MEDIA,
HASTA LA ACTUALIDAD

En el siglo VIII, durante la conquista islámica, los musulmanes llegan a las vegas del Henares y se instalan en el sitio conocido como Alcalá La Vieja. Sobre un cerro situado al sureste del Campo Laudable, asentamiento que rodea el lugar de culto de los Santos Niños, en la margen izquierda del rio Henares se alzará la fortaleza musulmana rodeada por los arrabales en los que vivía la población. Se mantendrá en uso hasta avanzado el siglo XVI.

Será a partir de 1118 cuando Alcalá emprenda su desarrollo en su emplazamiento definitivo. Este asentamiento, se situa en el llano, tradicionalmente conocido como Campo Laudable, y que vá a recibir el nombre de Burgo de Santiuste, una humilde y poco poblada barriada mozárabe presidida por un iglesia y “martyrium” de época tardorromana o visigoda (dedicada a los mártires Justo y Pastor), que se situaba junto a la vieja vía romana que se dirigía hacia Zaragoza. Este empuje al crecimiento de la ciudad tiene pues su origen en la fecha anteriormente mencionada, año 1118, que es el momento en el que el arzobispo de Toledo, Bernanrdo de Sedirac, conquista la fortaleza de Qal`at Abd al-Salam (Alcalá la Vieja) que antaño dependía del rey musulmán de la taifa toledana.

Después de la conquista, la villa de Alcalá entra a formar parte del señorio de los arzobispos de Toledo tras la donación que en 1129 realiza Alfonso VII al arzobispo Raimundo Sauvetat, del castro Al-Kala, que antiguamente llamaban Complutum.

Estos arzobispos contribuyen con su empuje constructivo al desarrollo de la ciudad. El arzobispo Pedro de Tenorio dotó a la villa  de una serie de fortificaciones, a partir de otras más antiguas y vulnerables, la fortaleza arzobispal se amplia, adquiriendo nuevos usos residenciales y construyéndose alrededor de esta un recinto amurallado. Todo el Burgo se protegerá con una muralla con sus correspondientes puertas: al Norte la Puerta de Burgos, al Oeste la Puerta de Madrid, y extramuros junto a la Puerta de Guadalajara se situaba El Coso, espacio abierto que acogía las ferias y los torneos de la villa. En el centro del asentamiento se sitúa la actual Iglesia Magistral-Catedral. En época visigoda se había construido una basílica y tras la reconquista de la ciudad, se erigió una iglesia parroquial, Iglesia de San Justo.

En el camino de Madrid a Guadalajara, ahora la calle Mayor, se concentró la mayor parte de la actividad comercial, existiendo tres barrios que acogían a la heterogénea sociedad que ha poblado la villa; el musulmán al Norte, el judío en torno a la calle Mayor y el cristiano al Sur y alrededor de la Iglesia de San Justo.

El arzobispo Alfonso Carillo de Acuña prestó gran atención al estado de las fortificaciones y mandó construir un nuevo recinto amurallado al Este del que ya existía, en el que se incluyó el Coso, el convento franciscano de Santa María de Jesús y la ermita de San Juan de los Caballeros. Pocos años después este segundo recinto amurallado acogerá la Manzana Universitaria de Alcalá de Henares, el proyecto por excelencia del Cardenal Cisneros que autorizará, mediante Bula Papal, el Pontífice Alejandro VI en 1499. La creación de la Universidad de Alcalá, produjo un auge constructivo sin precedentes y el impacto urbanístico de esta decisión es tremendo: sobre una superficie de más de 15000 m2, con proyecto urbanístico de Pedro Gumiel, se empezaron a levantar los edificios que conformarán la Manzana Universitaria: El Colegio Mayor de San Ildefonso, la Iglesia Universitaria, el Patio Trilingüe, El Paraninfo, la Cárcel de Estudiantes, el Colegio de San Pedro y San Pablo, Colegio de la Madre de Dios y  el de Santa Catalina o de los Físicos.

A lo largo de los siglos XVI y XVII, culminada la obra de Cisneros y con la llegada al sillón prelaticio del Cardenal Sandoval y Rojas, Alcalá de Henares alcanza su máximo esplendor. El plano del siglo XVIII, según el Padre Lecanda, nos muestra  una ciudad que ya ha desbordado los límites impuestos por el recinto amurallado, principalmente en el norte y el este. También, en el siglo XVII a Alcalá de Henares se le concede el Real Privilegio y Título de Ciudad, firmado el 5 de mayo de 1687 por el monarca Carlos II.

En los siglos XVIII y XIX Alcalá de Henares sufre pocos cambios en su urbanismo, aunque las huellas de la Guerra de la Independencia, se dejan sentir en algunos de los más nobles edificios. El hecho más importante que sucede en la ciudad es el comienzo de la demolición de las viviendas soportaladas que se situaban enfrente de la Catedral-Magistral , en la actual Plaza de los Santos Niños.

El siglo XIX es la época también de la desamortización y la desaparición de la Universidad, lo que va a imprimir un considerable deterioro a la imagen urbana, renacentista y barroca de Alcalá.

En 1943, cuando se redacta el proyecto de Ensanche y Urbanización redactado por José de Azpiroz en el que era importante la creación de un espacio que rodeaba el casco histórico y en donde quedaba prohibido todo tipo de obra nueva. El interior de este recinto también se protegía, dificultándose enormemente mediante estrictas ordenanzas la construcción de nuevos edificios en los solares e, incluso, la modificación de los inmuebles históricos. Fuera del recinto histórico, se observa un notable crecimiento hacia el norte, provocado por la presencia de la estación de ferrocarril, planificándose un crecimiento ordenado de la ciudad ganando nuevas áreas con mayor edificabilidad que compensen las limitaciones de crecimiento impuestas por razones obvias en el recinto histórico.

En los años sesenta del pasado siglo, Alcalá de Henares comienza un leve despegue económico que conlleva un crecimiento moderado de su población, la cual  pasa de los 15000 habitantes en 1940, a los más de 22000 en 1960. El proyecto de Ensanche y Urbanización de 1943 parece no haber causado el impacto buscado en la ciudad, y las industrias empiezan a localizarse en las proximidades del mismo recinto histórico que el Plan pretendía proteger.

Los años 70 y 80 son testigos de un importante crecimiento demográfico, llegando en 1975 a la cifra de 100000 habitantes para llegar en 1986 a los más de 141000. En 1977, numerosas colonias de vivienda protegida albergan a los numerosos inmigrantes y en 1989 el desarrollo de la actividad industrial se ve acompañado de un importante crecimiento de la vivienda unifamiliar y colectiva en el municipio.

El Plan General de 1994 planificó el crecimiento de la ciudad, incluyendo un Plan Especial de Ordenación Urbana para el centro histórico de la ciudad.

También, el Plan Especial del Campus de la Universidad de Alcalá se situa en los terrenos del antiguo campo militar de aviación. La Universidad está instalada en el casco histórico de Alcalá a través de sus órganos de gobierno y varias facultades de humanidades, que se encuentran emplazadas en edificios históricos de la ciudad. Los antiguos edificios universitarios de casco histórico de Alcalá se convierten en polos dinamizadores del buen funcionamiento de la nueva Universidad, incluyendo facultades y centros docentes que llevan a cabo su actividad dentro de edificios históricos singulares, rehabilitados como potenciales contenedores  de albergar este uso.

Alcalá fue incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en diciembre de 1998, y en la actualidad la ciudad supera los 205000 habitantes, contando con una extensión de aproximadamente unos 90 km2.

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